El injerto de huesos dentales es un procedimiento común en la odontología que se utiliza para aumentar la cantidad de hueso en la mandíbula o en la maxila. Este procedimiento es necesario cuando hay una cantidad insuficiente de hueso para sostener los implantes dentales, que son los dientes artificiales que se colocan en la boca para reemplazar los dientes naturales que faltan.

Durante el injerto de huesos dentales, se toma hueso de otra parte del cuerpo o de un donante y se injerta en el área de la mandíbula o maxila que necesita más hueso. Después de la cirugía, el hueso injertado comienza a unirse con el hueso existente en la mandíbula o maxila, creando una base sólida para los implantes dentales.

Este procedimiento se realiza con anestesia local y puede ser ambulatorio o requerir una breve hospitalización. La recuperación después del injerto de huesos dentales puede tomar de unas pocas semanas a varios meses, dependiendo del paciente y la cantidad de hueso injertado.